Franjas cortafuego

Constructivamente existen dos casos en que se pueden instalar franjas con placa rígida para proteger diferentes sectores:

Franja cortafuegos entre forjado y fachada. Las fachadas adosadas presentan problemas en caso de incendio. El fuego puede propagarse por los agujeros del muro cortina-forjado y el muro cortina-central. La norma exige que el grado de protección ante el fuego se mantenga hasta el encuentro con la fachada y el valor exigido irá en función del riesgo de incendio y la norma de aplicación que regule la actividad. Son franjas construidas con paneles compuestos por silicatos cálcicos reforzados con franjas construidas con paneles compuestos por silicatos cálcicos, reforzados con fibras inorgánicas resistentes al fuego. Estos paneles se sujetan con unos soportes metálicos especiales al forjado, que lo hacen independiente de la fachada, ya que por sí mismo ya consigue el grado de resistencia al fuego que exigen las normativas.

Franja cortafuegos entre pared central y cubierta. Cuando una pared centra entre edificios o naves industriales o entre diferentes sectores de incendio dentro de un mismo edificio, se encuentra en la cubierta, las normas actuales exigen una franja de 1 metro como mínimo que tenga un grado de resistencia al fuego de por lo menos la mitad del exigido a la pared central, para evitar la propagación del incendio al edificio o sector adyacente. Son franjas construídas con paneles compuestos por silicatos cálcicos, reforzados con fibras inorgánicas resistentes al fuego. Estos paneles se sujetan con unos soportes metálicos autoportantes de la cubierta, anclados mediante sistemas de fijación a la pared: el conjunto de cortafuegos es independiente de la cubierta y su estructura, tal como exigen las normativas.